29 de noviembre de 2007

Sobreviviendo


Tu voz me hace sonreír (y de qué manera).
Me quedaría la vida hablando contigo por ese aparatito, con tal de no perderte y que me llenase el silencio frío de tu ausencia. Me das el aliento cuando estoy ahogándome; te necesito tanto, tanto...(Laura, tanto)
Pero, por otra parte, sé que estás disfrutando y eso me encanta, me gusta verte feliz, sea cual sea la forma de que consigas esa felicidad. Creo que me voy a volver loca, tarde o temprano, porque no dejo de pensar en ti todo el tiempo, en imaginarte, en soñar contigo (dormida o despierta).
Todas las canciones saben a ti, te veo en todas partes aunque nunca estés. Recuerdo nuestros momentos, te veo sonriendo, llorando, amando. Mi consuelo es que me quieres, que me lo dice tu voz aunque no me lo digan tus palabras. Intento aferrarme a personas que me dan el cariño que anhelo de ti, apoyándome en ellas, sobrevivo un día más. Y esta distancia me ayuda a comprender que eres un tesoro que tengo que cuidar con todas mis fuerzas y mi amor. Quiero consagrarme a ti, vivir porque tú vives, ser mejor para ti, construir un futura juntas, con las mismas manos, con las mismas metas. Estoy tan segura de que te amo, tan segura de que esto es sólo el principio...tan segura estoy, que asimilo, que no será la última vez que los kilómetros nos separen, ni la última en que te eche de menos (estés donde estés).
Y ya...sólo quedan viernes, sábado y domingo, y el lunes volveré a abrazarte y a obligarte a que me prometas que jamás me dejarás...y que el próximo viaje, lo harás conmigo.

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