26 de enero de 2008

Regreso del paraíso

No quiero moverme, te estoy esperando inconscientemente, que atravieses la prueba y me deslumbres con tu sonrisa. Quiero que sean tus manos las que me desnuden, acostarme contigo en la cama, sintiendo el inmenso calor que desprende tu piel. Necesito el sabor de tu saliva en mi boca, oír tu voz con los ojos cerrados y saberme segura entre tus brazos, segura, cómoda, feliz. Ha sido maravilloso estar contigo. Me parece que he estado tanto tiempo...y a la vez tan poco. Es paradójico, pero cierto. Se me escurren las horas entre los dedos y, de la misma manera, mi traicionera memoria cree que ha pasado siglos contigo, en esa cama, entre las sábanas, bajo el edredón, uniendo nuestras cuerpos, oliendo tu olor, besándote una y otra vez con todo el amor que estaba explotando en mi pecho. Ha sido una verdadera delicia, maravilloso, no tengo palabras para explicarte todo lo que siente mi corazón cuando piensa que ha estado en el paraíso estos dos últimos días. Gracias, mi vida. Creo que sabes que eres única e imprescindible para mí, lo sabes bien, ojalá pudieras comprobar lo que provocas en mí, esta locura total que posee a esta fragilidad andante. Te prometo que algún día será nuestro día a día, amarnos en cada rincón, hacer nuestro cada espacio.Y así como poco a poco, me arriesgo más, me importa menos...te prometo que algún día me atreveré a enfrentarlo todo y dar la cara a la verdad. No más mentiras nunca más. La verdad más verdadera es que te amo con toda mi alma y que quiero pasar el resto de mi vida contigo. Ahora mismo, sólo me importan dos cosas: tú y tú, porque tú eres mi vida, porque, mi amor, eres la razón de todo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy yo la que tiene que dar gracias.Gracias porque existes, gracias porque haces de mis noches un claro amanecer. Porque las iluminas con tu sonrisa, porque contigo a mi lado, todo tiene sentido. Fueron dos días fantásticos, dos días en los que me sentí yo de verdad, dos días en los que te sentí tan cerca, te abracé y dije todo lo que tenía que decir, que no es más que volver a repetir todo aquello que ya sabes.

Te amo, cariño(K) ¿para cuándo otra?