Mi pequeña mariposa, de mejillas carnosas (y tentadoras),tengo tantas ganas de besarte, que miro tu foto lamiéndome los labios a los que les faltas. Y llenas mis sueños de fantasías, donde nos contamos mentiras de cristal y reímos rodeadas de pompas de jabón; donde corremos desnudas por un mar de vientos de verano; donde soplamos a los miedos y desafinamos en todas las canciones de desamor; donde el absurdo es la verdad y la realidad es una broma. Compiten mis irrealidades con la evocación de la pasión.
Debo decir que siempre le ganas a todas las asignaturas, pensamientos o sentimientos más profundo (como el hambre...de ti). Eres una estupenda socorrista, cuando siento vértigo y miedo a que me pique una serpiente odiosa, tú me abrazas y me dices que todo irá bien. Gracias por regalarme la belleza, el humor y la dulzura que le faltan a los días sin azúcar.
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