12 de febrero de 2008

Los confidentes invisibles

Me asfixio. Tu agobio y mi agobio se mezclan. Tantos miedos...y tu voz tendiendo puentes, y tu risa iluminando los caminos oscuros. Quiero descansar en tu cuerpo, respirar la paz que sólo tú me das. Te necesito como al aire, me ahogo sin ti. A mi alrededor sólo veo ruido y siento frío. Dame tu calor. Dame tu mano y apriétame fuerte. No me hagas caso si te digo palabras huecas, no me eches de tus amaneceres, no me dejes...no me dejes...me haces falta, mucha falta; aunque muchas veces sólo sea un secreto que compartimos yo y mis anocheceres...

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