Ay, mi vida, lloro y lloro, y me duele hasta el alma porque me siento mal, me duele todo el cuerpo y también el alma. No sé siquiera qué es lo que quiero; mi mente es una caótica incomprensión, donde palabras y sentimientos juegan a hacerme daño. Tiemblo, tengo mucho frío porque anhelo el calor de tu abrazo, en él nada me da miedo, estoy segura y tranquila. Por favor, cariño, dime que todo va a pasar, dímelo muchas veces entre besos y caricias, grábamelo a fuego para que no pueda olvidarlo. Todo va a pasar, dí que sí. Llenarás con tu sonrisa todo este vacío para transformarlo dándole un sentido. No me dejes, no me dejes nunca, que sin ti me falta el equilibrio. Sin ti rozo los abismos.
Lloro y lloro, falta poco para que vuelvas a mí; no hago otra cosa que pensarlo, anhelarlo, atormentarme con las ideas que me atosigan.
Laura, te necesito tanto...
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