29 de octubre de 2007

La mañana eterna



Queda poco para que termine tu jornada. Yo, aquí, te pienso, te imagino concentrada y estoy deseando abrazarte. Anoche no podía dormir; mis manos no dejaban de escribirte. Estoy sumergida en una burbuja y vago por unos caminos extrañamente sombríos. Te necesito a mi lado, me siento sola y abrumada, y sólo tus palabras me alivian en este paisaje. Miro a todas partes, esperando encontrarte, con esa sonrisa tan tuya, pero me topo con el vacío y siento frío.
Creo que estoy obsesionada contigo, me preocupa no ser yo y hacerte esclava de mi necesidad. Ojalá pudieras saber todo lo que bulle aquí dentro, todo esto que me ahoga y que se niega a revelarse. Mientras tanto...me conformaré con encontrarte en esta búsqueda insistente, que dará fin cuando acabe esta mañana eterna, en la que los fantasmas del miedo no han parado de perseguirme, y en la que no he dejado de echarte de menos...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces se quiere tanto a una persona que te gustaría sacarla de tus sueños para poder abrazarla, tocarla, o simplemente darle un beso y decirle que todo irá bien...

Descubrí tu blog por casualidad hace unas semanas y desde entonces todos los días me paso por aquí. Me ocurre algo muy parecido y en muchas ocasiones parece que sea yo la que escriba.

Me gusta leerte, leeros, porque me hace sentir que no estamos solas en este mundo.

Espero que nunca se agote esa magia que os envuelve, espero -de corazón- que siga siendo eterna.

Locura dijo...

Un gracias muy sincero de nuestra parte :) Es un placer que este peque�o universo sirva para encontrarnos. No estamos solas ;)

Anónimo dijo...

Muchas gracias, en serio ;-p Hay una frase que lei por ahi que decía: Sé lo que tengas que ser, pero lo que seas, selo con orgullo. Somos muchas, solo hay que encontrarse ;-p