5 de septiembre de 2007

Confesiones


Lo que oye la oscuridad son nuestros secretos. Lo que ve el silencio son nuestros gemidos ahogados convertidos en besos que se lanzan, atrevidos, como tus manos, como las mías, a la caza de la piel, a la búsqueda de ese placer tan nuestro, lleno de saliva, luz y calor. No necesito cerrar los ojos para no ver, me ciegas. Enredada en ti, o en mí, piernas, volcán que estalla, una y otra vez, derrochando lujuria y convirtiéndonos en dos esclavas de este juego delicioso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta perderme en ti, jugar con tu pelo, sentir la textura de tus labios en los m�os...enredarme y quedarme prendida a tu cuerpo...no necesito ver mucho, solo con notar que est�s a mi lado me basta, solo con o�rte decir mi nombre me conformo, y solo cuando bebo de ti puedo respirar con tranquilidad y sentir que este mudno, a tu lado, merece la pena.

Te quiero, mi vida(K)

MariJose dijo...

Bonito texto! =D
Saludos!