24 de abril de 2008
Ráfagas
Ven que te acune, para que se vayan tus dolores. Quiero darte caricias para que no tengas frío y amor para iluminar tus ojitos. Ojalá pudiera hacer que te olvidases de todo, para concentrarte en ser sólo feliz junto a mí. No habría ruidos ni miedos, solo placidez y calma; abrazos y besos. Te lo consiento todo, hoy y mañana, quizá te dé algunos días más...eres mi niña consentida aunque te regañe a menudo (debilidad preciosa). Déjame intentar animarte, hacerte sonreír. Lo que tú quieras haré, incluido esperar a que todo pase e inventar nuevos sueños mientras tanto.
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