29 de agosto de 2007

Caer




Tengo un nudo en el estómago. Acabo de hablar contigo y tu voz me ha roto el alma. Me desgarra oírte triste, desanimada; mal acostumbrada como estoy a tu vibrante alegría. Mientras tu susurro abatido me respondía al otro lado del teléfono, tus palabras, como dardos doloridos, se clavaban dentro de mí. Cómo quería llegar hasta ti y abrazarte con fuerza, para que olvidases y volvieras a ser tú, la de la sonrisa constante. No quiero que caigas, pero si lo haces, sabes que estoy a tu lado para levantarte y para acompañarte, nunca estarás sola, porque yo estoy (ya sabes que el amor tiene esa magia) siempre a tu lado, aunque no me veas, aunque yo no te pueda ver y sólo pueda imaginarte, echada en la cama, y pensar cuánto me gustaría besarte y calmarte.

Si tú estás desvelada esta noche, no dudes que yo, aquí, a varios kilómetros de ti, veré la misma noche sin apartarte un momento de mí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tranquilidad, amor, no te preocupes ;) Las bajadas de ánimo tienen que producirse, pero tranquila...las las bajadas de ánimo, las malas rachas...se pasan, y será en esos momentos cuando me dé cuenta (más que nunca) de lo mucho que te quiero, que sin ti no vivo, mi amor, no vivo. Y en esos momentos sabré que siempre estaré contigo, que no te voy a dejar marchar pase lo que pase (come what may, honey, come what may)Y que te amo. Te amo mi vida, sabes (de sobra) lo importante que eres para mí.

Te amo(K)