Apología de ti

Desde que llegaste, mi vida ha navegado por un mar de tempestades y arco iris. Me lo has dado todo también llevándote todo lo mejor y lo peor de mí. Hay tantas palabras para definir, describir, adornar, contar esta historia, pero son insuficientes para que tengan la fuerza de nuestros sentimientos.
No te niego que es difícil: el choque de carácteres, la diferencia de opiniones y las pequeñas manías personales. Sin embargo, vale la pena y cada día que paso a tu lado lo conservo resguardado dentro de mí. Tú para mí eres amor, ya no creo que puedas dejar de serlo. Eres dulzura y comprensión, afecto y pasión, amante y amiga. No puedo cansarme de pensar en ti y, sin embargo, me sorprendo gracias a tus detalles, esas cositas que hacen más especial esta aventura.
Hoy miraba tus fotos y deseaba acariciar tu piel, oler tu pelo, beber tu risa...y todas esas estupideces románticas que pintan de colores la oscuridad y hacen hermosas hasta las furibundas tormentas que golpean nuestra burbuja.
Los días, las fechas señaladas, los regalos, el dinero y cualquier otra tontería...no es importante para mí. Lo esencial es tenerte, es saber que estás bien, es que te vea a mi lado, sin que nada te haga daño, oyéndote reír y parlotear, sintiéndote viva, con la misma fuerza que me enamoró locamente de ti, en la que te reconozco como única y mía.